La Mano de Fátima es uno de los símbolos que más se interconecta con las religiones antiguas, por ende, es común verla representada tanto en tatuajes como en talismanes, usualmente con otro símbolo muy importante dentro del hinduismo: las mandalas. La conjunción de ambos elementos fortalece la idea de la protección, el alejamiento de las malas energías y la paz interior. La mano de Fátima y las Mandalas nos guían a construir una vida estructurada y organizada.
Una vía de conexión con la divinidad
La palabra mandala significa “círculo o rueda” en sánscrito, pero estas pueden incluir diferentes formas geométricas. Sin embargo, lo que en principio elude a un concepto geométrico, tiene una profunda conexión con la espiritualidad, ya que estas intrincadas y hermosas formaciones representan todas las esferas del universo personal concentradas en un mismo lugar. Las mandalas son, entonces, un contenedor del espacio sagrado y de las cosas que importan.
En el budismo, hacer una mandala es parte de la rutina de meditación. Su construcción es un recorrido que trasmite las vivencias de la persona que la hace, ayudándola a encontrar su centro energético y depurarlo de las malas energías. Es así como la unión representativa entre la Mano de Fátima y las Mandalas cobra sentido, sobre todo si las primeras tienen el ojo que alude a la conciencia.
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La suerte y la protección que ambos símbolos traen tienen como génesis la idea de orden y estructura. Si logras conectarte con tu Yo interior y logras ordenar tu vida en todos sus aspectos, estarás en sintonía con la razón, que es lo más cercano a la divinidad. Además de alcanzar la bendición divina, podrás alejarte a ti mismo del mal, sobre todo si eres consciente de tus propias vivencias y de cuáles aspectos debes cambiar.
La unión de la Mano de Fátima y las Mandalas dan un matiz psicológico al símbolo y, de hecho, si piensas hacerte un tatuaje con este diseño, vale la pena que intentes construirlo tú mismo. Esto te servirá para drenar pensamientos negativos y le dará un toque más personal a la construcción que llevarás de manera permanente en tu piel.
María Rosa Castro es una experta en la mano de Fátima, una joya árabe emblemática. Nacida en Fez, Marruecos, se especializó en la fabricación y significado cultural de esta joya. Ha creado hermosas piezas inspiradas en la mano de Fátima y es reconocida como una autoridad en el tema.